Este Blog/Web pertenece a la Asociación Española de Trabajo Social Forense.
Somos Trabajadores Sociales que ejercemos nuestra profesión dentro de la Administración de Justicia española.
Los trabajadores sociales forenses ayudamos al sistema judicial a entender a las personas en conflicto teniendo en cuenta su contexto familiar y socioeconómico y lo hacemos también para las personas más frágiles del sistema social, las que tienen más dificultad de hacer valer su voz y sus derechos: Los menores, las mujeres víctimas de violencia de género, los discapacitados, los ancianos, las víctimas en general.
Para realizar los Informes socio-familiares utilizamos, además de las técnicas de investigación propias del trabajo social, los protocolos diseñados para recoger sus testimonios en los tribunales, minimizando con ello el impacto que el proceso judicial puede causarles y ello tanto en procedimientos civiles: Divorcio, desamparo de menores, incapacidades. Como en los procedimientos penales: Violencia familiar, y de género, malos tratos y abusos sexuales a menores (pruebas preconstituidas). En este último caso ayudándonos previamente a través de la entrevista con los padres o tutores y del estudio del contexto socio familiar del menor o discapacitado para adaptar la entrevista al mismo.
En el ámbito penal un informe socio-familiar puede serle útil al Tribunal durante la instrucción de un caso para ayudarle apreciar causas que pueden eximir o atenuar la condena de un imputado por concurrir circunstancias como alteración psíquica, toxicomanía u alcoholismo, alteración de la percepción, defensa de la persona, estado de necesidad o arrebato. Así como autopsias sociales.
En la fase penal puede ayudar al Tribunal a aplicar las medidas de seguridad más adecuadas al individuo, teniendo en cuenta las características del mismo y los recursos sociales de la comunidad en la que está ubicado.
En los casos de violencia de género, además de estudiar a la víctima, al maltratador y a los menores si los hubiera, estudia el tipo de relación que ha establecido el grupo familiar, y el posible riesgo que tiene la víctima y los menores de sufrir maltrato, para que el Tribunal pueda aplicar diferentes medidas de seguridad como la medida de alejamiento. Estudiamos el tipo de vínculo de los menores con sus progenitores, la capacidad de estos para hacerse cargo de él y la derivación si fuera necesario las partes y de los menores o incapaces a los recursos sociales y profesionales existentes su situación para mejorar.
En la violencia familiar o negligencia hacia los menores, hacia los ancianos o discapacitados y violencia filio parental.
En el ámbito civil: En los procesos de incapacidad total o parcial, en la elección y remoción de tutor, en los procedimientos de divorcio y asignación de custodia de los menores, así como en la organización familiar posterior al divorcio, en el establecimiento de las pensiones de alimentos para los niños y la pensión compensatoria al cónyuge que quede en peor situación económica, en los recursos contra la administración en los procedimientos de protección de menores en las declaración de situación de desamparo respecto de los padres biológicos ante situaciones de maltrato o negligencia grave, y su ingreso en centros o acogimiento familiar o adopción, certificación de las parejas como idóneas para poder adoptar.
E intervención mediadora en los diferentes conflictos tanto civiles como penales.
Para hacer el estudio socio familiar en esa diversidad de casos el trabajador social interviene de manera interdisciplinar con otros profesionales que asesoran en los tribunales como médicos y psicólogos forenses pero su intervención también puede ser individual. Y puede actuar como perito judicial, como testigo especialista que ha conocido un caso concreto previamente o como perito de parte, contratado de manera privada por la misma y realizando un informe de parte en ese procedimiento.
Como vemos el reto para nuestra profesión es grande y a ello hay que unir que el trabajador social debe de exponerse habitualmente a las vistas de los contenciosos en los que interviene, la contradicción de los tribunales supone un examen continuo de nuestro trabajo. Además de la presión que supone saber las consecuencias legales de nuestros diagnósticos. Todo ello nos obliga a estar en una continua formación para la mejora de nuestro trabajo.
Para el trabajo social forense hacemos uso de diferentes ciencias: Sociología, Antropología, Medicina, Psicología, Psiquiatría, Pedagogía, Estadística, Economía… pero tenemos el reto de crear instrumentos propios de trabajo social, crear asociaciones profesionales y sociedades para la investigación y necesitamos el apoyo de la Universidad para conseguir una preparación y especialización a través de posgrados. Y publicitar y hacer entender nuestro trabajo a los diferentes agentes jurídicos y a la sociedad en general que es finalmente a quien va dirigido nuestro trabajo.